Tu esfuerzo no alcanza – Ezequiel Fattore
Hay veces que lo único que necesitamos es empezar a darnos permiso. Qué triste que necesitemos usar un versículo bíblico para establecer lo obvio. Si estás perdido entonces la clave es que te quedes quieto, porque Dios te va a encontrar.
Por aquel tiempo pasaba Jesús por los sembrados en sábado. Sus discípulos tenían hambre, así que comenzaron a arrancar algunas espigas de trigo y comérselas. Al ver esto, los fariseos le dijeron: —¡Mira! Tus discípulos están haciendo lo que está prohibido en sábado. Él les contestó: —¿No han leído lo que hizo David en aquella ocasión en que él y sus compañeros tuvieron hambre. Entró en la casa de Dios, y él y sus compañeros comieron los panes consagrados a Dios, lo que no se les permitía a ellos, sino solo a los sacerdotes.¿O no han leído en la ley que los sacerdotes en el templo profanan el sábado sin incurrir en culpa?Pues yo les digo que aquí está uno más grande que el templo. Si ustedes supieran qué significa esto: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”, no condenarían a los que no son culpables.Sepan que el Hijo del hombre es Señor del sábado. Mateo 12:1-8
No eres una máquina
Hay un concepto de Jesus diciendo seamos coherentes: Los discípulos tienen hambre, entonces comamos. El sábado en esa época era el recordatorio que las personas y los animales deben parar, porque no son máquinas. Pero algunos hoy en día no tienen permiso de parar, de ir más lento en sus vidas, porque hay que seguir produciendo.
El esfuerzo de querer mantenerme siempre limpio, estando a la altura de lo que la sociedad, de las expectativas de las demás personas, de los estándares y a veces el esfuerzo pareciera nunca alcanzar. Ser esclavo es tener que dar excusas todo el tiempo por las heridas que tienes, pero no puedes parar.
Constantemente estamos construyendo templos nuevos que nos convierten en esclavos porque no podemos parar y disfrutar la vida que estamos construyendo. A veces necesitas darte permiso para descansar, tomarte el tiempo para vivir la vida que estás construyendo.
Tente misericordia
Muchas veces estamos construyendo templos que requieren mucho sacrificio, porque nos consumen la vida. El templo puede ser un sueño, una carrera, una empresa, un emprendimiento. El punto es que sentimos constantemente que debemos sacrificarnos, que debemos hacer más.
Es como un vortex que nunca para, hago sacrificios para construir ese templo y además sentimos que debemos hacer un sacrificio interno para poder tener a Dios de nuestro lado. A veces solo debes frenar, aceptar tus fracasos, tus derrotas y ser amable contigo mismo.
Te cuesta aceptar la libertad de los otros cuando tú no eres libre. Jesús vino y dijo yo soy más grande que todo eso y lo único que pido es misericordia y que se acabe el sacrificio. Pero para tenerle misericordia a otros debes empezar por ti mismo.
Quédate donde estás
El templo es Jesús, Él vino hasta nosotros. El que te alcanza es Dios a ti. El sacrificio que tu hagas no alcanza nunca, porque Jesús viene hacia ti. A veces toca dejar de empujar y dejar que Dios se acerque a nuestras vidas.
Tu esfuerzo nunca iba a alcanzar y por eso Jesús vino a acercarse con nosotros. Deja de intentar convencer a Dios con tus logros, Dios no necesita que hagas todo eso para Él acercarse a ti. Más que tu logros, Dios quiere que te recuerdes que eres un ser humano.
Queremos demostrar con nuestros éxitos que Dios está de nuestro lado. Pero la realidad es que Dios no necesita que hagamos algo para acercarse. Si te perdiste no camines más.. quédate quieto. No es necesario que sigas haciendo el esfuerzo de limpiarte porque Su amor te alcanza donde estás.
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