Siembra tus semillas – Jorge Arango

Esta semana nos visitó Jorge Arango Jr, con la prédica “Siembra tus semillas”; donde con diversos pasajes bíblicos, nos hace reflexionar sobre la posición que tenemos ante la espera de las promesas de Dios.

Te has preguntado si lo que estás viviendo ¿Ha sido creado por un esfuerzo humano o es una promesa cumplida del Señor?

Jorge mencionó que las promesas de Dios, no te dejan agotado, no causan ansiedad, ni mucho menos se llevan por delante a tu familia o a tu gran tesoro. Identifica cuando estás corriendo de manera forzada para que Dios cumpla su promesa y cuando realmente has dejado que Él haga su trabajo.

Las esperas pueden ser largas y nuestros pensamientos pueden llenarnos de mucha frustración; por eso, Jorge nos dice qué podemos hacer mientras nos encontramos en la espera de las promesas:

1. Perfecciona tu carácter: Los milagros del Señor se reposan en tu madurez y tu carácter. Mientras esperas, conviértete en esa persona hábil para poder mantener tus promesas en un lugar seguro; que tu carácter sea lo suficientemente estable como para que no se tambalee tu mesa de sueños y anhelos cumplidos.

2. Prepara tu escenario: El que todos tus sueños lleguen, es una promesa que depende de Dios; sin embargo, bajo tu responsabilidad está preparar un ambiente adecuado a tus regalos; esto será para que no tengas que correr a última hora a reparar cosas del pasado.

Busca sanar, crecer y avanzar en tus propios proyectos; esto te permitirá disfrutar de tus bendiciones a su máximo esplendor.

3. Permanece en el contentamiento: ¿Sabías que tu realidad, es producto de una oración que has hecho en el pasado? Haz conciencia de lo que tienes y practica el agradecimiento; mantener la alegría y la paz en tu realidad actual, es clave para saber identificar cuando las bendiciones están llegando a ti por obra del Señor. 

En CASA te invitamos a hablar con Dios para que te oriente y te ayude a fortalecer tu personalidad, tu sanidad y tu corazón; de esta forma lograrás apreciar y sacarle provecho a esa promesa que Dios ha diseñado especialmente para ti.  

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